Por Balbueno Medina
La rabiosa embestida de la oposición al gobierno, el fracaso de las negociaciones en el seno del Consejo Económico y Social (CES) y el rechazo a las políticas económicas y sociales del Poder Ejecutivo para enfrentar las carestías de los artículos de primera necesidad, confirman que la luna de miel que durante un tiempo se mantuvo en el país, ha sido rota definitivamente.
Lo ideal y prudente hubiese sido que tanto la oposición como el gobierno hubieran mantenido la unidad de propósito que se estableció en el país, a raíz de la asunción al poder del presidente Luis Abinader, lo que permitió liderar con éxitos la problemática haitiana y mitigar sustancialmente los efectos de la pandemia del Covid-19.
Quizás se le hizo tarde o simplemente el gobierno no fue lo suficientemente hábil o inteligente para haber capitalizado el momento que transcurrió en el primer año y medio de gestión para pasar las reformas que se necesitan en beneficio de las grandes mayorías y la institucionalidad de la nación, pero ahora le corresponderá jugársela para perder o ganar la batalla que en ese periodo no se dio.
Muchas de las reformas que se han dado en nuestro país, han sido impuestas por gobiernos anteriores, quienes en ocasiones sin haber contado con mayoría congresional llegaron a establecerlas mediante decretos presidenciales y otras modalidades administrativas, como fueron los casos de los ex presidentes Joaquín Balaguer y Salvador Jorge Blanco, quienes hicieron uso de las prerrogativas que les permitió la Constitución de la República para tomar decisiones administrativas que consideraron convenientes en su momento.
En lo que respecta al presidente Luis Abinader, ha hecho todo lo posible por concertar una serie de reformas que entiende beneficiaran al país, con los diferentes sectores políticos y sociales de la nación, pero al parecer el tiempo de contar con el respaldo de la oposición ha pasado porque la misma está enfocada en lograr llegar al poder en las elecciones del año 2024.
Conocedora del buen posicionamiento que, en términos de imagen y opinión pública, tiene el presidente Abinader, la oposición política ha entendido, que pese a que en el fondo considera que el país todavía necesita más esfuerzos conjuntos para superar la crisis post Covid-19 e invasión de Rusia a Ucrania, apoyar en esa dirección al gobierno es afianzar el proyecto reeleccionista del presidente de la República y líder del Partido Revolucionario Moderno.
Todo luce indicar, que consciente de esa situación y en el interés de mostrar su vocación democrática y conciliadora, el gobierno tal y como ha anunciado por medio del Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo Antoliano Peralta, llevará nuevamente su propuesta de Reforma Constitucional al seno del Consejo Económico y Social para que todos los sectores que deseen participen en las discusiones de la misma.
No dudamos que a esos encuentros acudieran diversos sectores de la sociedad dominicana a participar en las discusiones de la Reforma Constitucional, porque definitivamente muchos de los temas que se han ventilado han despertado el interés de la ciudadanía, principalmente el que tiene que ver con la independencia del Ministerio Publico.
El gobierno podría salir airoso de poner en debate este último tema que ha cautivado a los dominicanos, porque la mayoría de la población considera que quienes se oponen a la Reforma Constitucional, que tiene como eje principal la independencia al Ministerio Publico, lo hacen por seguir apoyando la desinstitucionalización del país y por vía de consecuencia la impunidad que tanto daño ha hecho a nuestra sociedad.
De manera, que el gobierno, se encuentra en un momento de tomar grandes decisiones y bajo ninguna circunstancia debe postergarlas porque no es verdad que la oposición, que ahora está en política, le apoyará nada que convenga a la gestión de gobierno del presidente Luis Abinader, sobre todo cuando ve en el al competidor para las elecciones del 2024, por lo que tendrá que apurar el paso abriéndose camino por si solo en el Congreso Nacional con las fuerzas con que cuenta.
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