El Colegio Dominicano de Médicos Veterinarios deploró que todavía a más de un mes de diagnosticada en el país la Peste Porcina Africana (PPA), las autoridades agropecuarias oficiales no hayan presentado y dado a conocer a las instancias involucradas con la sanidad y producción porcina los detalles del plan nacional de prevención, control y erradicación, como se estila con enfermedades de tanta gravedad como esta.Afirmó el gremio de los veterinarios, que ya la PPA está presente en todas las regiones del país, y que no basta solamente con eliminar los cerdos en las crianzas y granjas donde es diagnosticada la enfermedad, actividad que en muchos casos se hace sin considerar todas las normativas técnicas y sanitarias propias del manejo en estos casos, ni las medidas en términos epidemiológicos y de bioseguridad que deben aplicarse.
Además alertaron sobre la gravedad que representa para la industria porcina y el país la presencia de la PPA, por ser una enfermedad viral de rápida diseminación, alto contagio y elevada mortalidad, que a veces mata el 100 por ciento de los cerdos de la granja afectada. Una catástrofe para la industria porcina nacional, que por demás representa una amenaza para la producción porcina continental.
Señalaron que están altamente preocupados por la forma que se vienen implementando las operaciones de prevención y control de la enfermedad, que dada la gravedad del caso, las autoridades debieran disponer de los mejores especialistas en materia de sanidad animal y epidemiología que cuenta el país, planificar mejor y aplicar con rigurosidad las normativas, protocolos y procedimientos requerido para esos fines.
Debilidades históricas
El Dr. Pedro Rodríguez, presidente del COLVET, quien sirvió de vocero del gremio de profesionales, enfatizó que la gran parte de las deficiencias que están sucediendo en el manejo de la PPA son producto de la ausencia de un sistema nacional de sanidad animal que funcione permanentemente y que contemple un estricto y riguroso programa de vigilancia epidemiológica y bioseguridad de los establecimientos y eslabones que integran la cadena productiva de las diferentes especies animales.
Nuestro Colegio hace tiempo que viene expresando la preocupación en ese sentido. Es lo que explica que todavía una semana antes de publicarse la presencia de la PPA, autoridades del Ministerio de agricultura y la DIGEGA anunciaban a la prensa que la población porcina del país estaba completamente sana, no obstante las opiniones de profesionales de la medicina veterinaria que le dieron seguimiento a los cerdos en las provincias de Monte Cristi y Sánchez Ramírez y otros puntos del país.
Resulta muy cuesta arriba, que conociéndose las características de fragilidad de nuestra frontera con Haití, no tuviéramos ahí un dispositivo permanente de vigilancia epidemiológica que nos permitiera evitar o actuar con la debida rapidez ante cualquier contingencia de índole sanitaria que afecte la producción de alimentos de origen animal. Ni siquiera tener en el LAVECEN los equipos y los Kits necesarios para análisis de PPA, a pesar que habíamos tenido esa enfermedad y contar con la presencia actual de la Peste Porcina Clásica.
El COLVET valora el pago que se viene haciendo a los criadores que les eliminan sus cerdos a causa de la enfermedad, cuya cantidad invertida se acerca a los 200 millones de pesos pagados a más de 700 porcicultores, monto que en los próximos días podría alcanzar los 400 millones cuando sean 2 mil criadores los afectados, como se espera. Asimismo valoraron la presencia de los organismos internacionales como OIE, OIRSA y FAO, entre otras, y países que como Estados Unidos han acudido en ayuda del país.
El COLVET propone
• Ante la situación descrita y la importancia económica, social y cultural de la industria porcina nacional, señaló el Dr. Rodríguez, que el momento demanda del concurso de todos los actores de la cadena porcina y los países del continente cuya industria porcina, por su importancia, amerita disminuir los riesgos y amenazas que representa la presencia de la PPA en República Dominicana, como son los casos de Estados Unidos, Brasil, Méjico y Canadá, sobre todo.
• El momento demanda unir los esfuerzos y voluntades disponibles para crear una estructura de ejecución y de consulta con un sólido soporte profesional que diseñen y apliquen, junto a organismos internacionales, las estrategias pertinentes para superar esta situación de la mejor manera posible, como se logró cuando la misma enfermedad nos afectó en el año 1978.
• Es imprescindible que el gobierno central provea a la unidad ejecutora a crearse, los recursos necesarios para su operación, de forma que disponga una estructura operativa y de un cuerpo profesional especializado con logística de movilidad y retribución económica, que a la vez permita el establecimiento de un eficiente sistema de vigilancia epidemiológica, prevención y control de la PPA, aplicar correctamente las normas y protocolos de sacrificio, incineración y enterramiento de animales, desinfección de instalaciones, control movimiento de cerdos, carnes y subproductos, y que los porcicultores apliquen en sus granjas efectivos sistemas de bioseguridad.
• Hay que habilitar el Laboratorio Veterinario Central (LAVECEN) de los equipos, reactivos e indumentarias que se requieren para poder dar respuestas diagnósticas rápidas, aspecto que junto a lo planteado anteriormente resultan indispensables para lograr el éxito en los programas de prevención, control y erradicación de las enfermedades.
• No podemos continuar sin definir los puntos y el área de la franja fronteriza que se prohibirá la crianza de cerdos, como contempla el decreto que emitió el Presidente sobre la PPA, lo cual requiere un estudio epidemiológico y de georreferenciación.
• Resulta sumamente importante mantener y agilizar aún más el sistema de eliminación de todas las crianzas positivas a PPA y las del perifoco, y prohibir aquellas que por su sistema de producción y ubicación representen peligros de contagio y diseminación de la PPA a la producción porcina organizada.
• Es necesaria la gestión conjunta entre porcicultores y autoridades para la preservación de granjas industriales y centros genéticos porcinos, siempre y cuando las condiciones de bioseguridad, sanitarias y manejo lo permitan, ya que eso hará más viable la reposición del inventario porcino nacional y poder satisfacer la oferta futura de carne de cerdos a la población.
• Es una urgencia que las autoridades del Gobierno Central, el Ministerio de Agricultura y la DIGEGA se aboquen a encabezar un proceso de integración de los sectores e instituciones que tienen involucramiento con la cadena de sanidad y producción porcina, que permita unir todos los esfuerzos posibles para que el país supere con éxitos la crisis que en la industria porcina ha generado la PPA.
• Finalmente el COLVET reitera a las autoridades, los porcicultores y el país su disposición sin reservas de colaborar, y que los médicos veterinarios involucrados se les faciliten los incentivos y las condiciones de trabajo que les permitan ofrecer con dignidad y eficazmente su labor profesional, por ser la prevención, control y erradicación de las enfermedades animales una actividad científica propia de estos profesionales, cuya principal responsabilidad recae en manos del Estado a través de sus instituciones vinculantes.