Por Balbueno Medina
La ocurrencia de actos vandálicos que han llamado la atención de la población dominicana, en el Aeropuerto Internacional de las Américas y en la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de la Vega, al parecer tienen como único fin crear el pánico a los ciudadanos y dar un mensaje de advertencia a las autoridades de que lo que se aproxima podría ser más contundente.
Tampoco resulta ser una casualidad el atascamiento repentino que se produjo en el Teleférico de Puerto Planta, mientras casi una ventena de turistas se paseaban por el principal atractivo turístico de la novia del atlántico, algo que se produjo en cadena, lo mismo que el sabotaje a la toma de agua de Coravega.
La ocurrencia de cada uno de estos eventos, parecería que han sido planificados por personas que conocen muy bien a esas instituciones, porque los han hecho en tiempos y en lugares en que solo los expertos son capaces de medir los impactos que los mismos puedan tener en la población, por la sensibilidad de las arreas afectadas.
Resulta mucho más preocupante que en medio de lo que está sintiendo la población dominicana producto de los hechos vandálicos ocurridos esta semana, aparezca en ciertos lugares públicos un pasquín que expresa: "los militares se respetan", como si quienes estarían haciendo eso buscaran crear intimidación a las autoridades gubernamentales para que no sigan llevando a cabo acciones tendentes a imponer la disciplina y el orden en el país.
Ha llamado, por demás, la atención el hecho de que hasta el momento solo la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, se haya referido de manera contundente a estos hechos vandálicos tipificándolos como tales, mientras otros organismos del Estado que tienen que ver con la seguridad nacional, todavía no se han pronunciado al respecto.
Consideramos que de acuerdo a la forma en que se han producido los eventos que han puesto al Aila y a Coravega, en el más alto nivel de atención de la población, que las agencias investigativas del Estado hayan motorizado procesos urgentes de investigación que les permita dar en el más breve plazo posible con los responsables de esos actos terroristas para cortar por lo sano el desencadenamiento de acontecimientos más extremos.
En caso de que las autoridades no actúan en consecuencia a lo que ameritan las ocurrencias de los hechos descritos, la inseguridad e incertidumbre que esos hechos han creado en la población, continuarán incrementándose por el temor de que los mismos se repitan en otras arreas e instituciones públicas donde la concurrencia de personas sea notoria.
No descartamos que el desasosiego que se quiere crear a la población con los sabotajes a servicios estratégicos del Estado, persigan crear el temor para que desde el gobierno no se continúe con la persecución de ciertos casos que se llevan en la justicia, pero dudo que obtengan los resultados que buscan porque si de algo el gobierno ha dado muestras es de que no dará marcha atrás en terminar con la impunidad que afectó al país con los actos de corrupción.
A los que se han ido por la pendiente de intranquilizar al país, que se olviden de creer que lograran detener al Ministerio Publico de seguir investigando los grandes casos de corrupción que se cometieron en el pasado, debido a que por primera vez existe la más férrea voluntad política y patriótica de llevar al banquillo de los acusados a los delincuentes que han desfalcado al erario público, sin importar el color o el nivel jerárquico que hayan ostentado en el Estado dominicano.
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