Por Balbueno Medina
Una vez más se impusieron los resultados de las firmas encuestadoras independientes y creíbles del país, a los pronósticos devastadores de analistas tendenciados que pretendieron desacreditarlas porque sus resultados no favorecieron al candidato presidencial Gonzalo Castillo.
Los insultos y epítetos lanzados por periodistas bien pagados contra las firmas Gallup, Greenberg, Mark Pen, y las empresas periodísticas que las auspician, fueron desconsiderados y mal intencionados, porque buscaban desacreditarlos y confundir a la población dominicana respecto a los resultados que tuvieron las elecciones presidenciales y congresuales del 5 de julio.
Los detractores de los grupos empresariales Corripio, Pellerano y SIN, no solamente se conformaron con tratar de desacreditar las firmas encuestadoras que durante más de 25 años han acertado en los diferentes torneos electorales que ha tenido el país, sino que acusaron a esos conglomerados periodísticos de haberse nucleado a favor del candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, para perjudicar al gobierno y a su candidato presidencial Gonzalo Castillo.
La realidad es que los intereses de comentaristas como Julio Martínez Pozo, José Laluz, Pedro Jiménez, Consuelo Despradel, Euri Cabral, Ángel Acosta, entre otros, los hizo obnubilar y perder el sentido común de la visión y misión periodística, debido a la cerrazón que mantuvieron hasta el final de la campaña frente a los resultados de las encuestadoras en cuestión.
El comportamiento de estos comunicadores, agregado al del médico comentarista Julito Hazim, en las elecciones presidenciales y congresuales fue similar al que mantuvieron durante las elecciones municipales, frente a la sociedad dominicana y a las firmas encuestadoras que pronosticaban un triunfo arrollador del Partido Revolucionario Moderno, en las elecciones del mes de marzo.
Yo no sé cuál será el comportamiento del pueblo dominicano y de los empresarios que mantienen a estos francotiradores de la especulación y la desinformación sirviéndoles en sus empresas periodísticas, pero considero que por lo menos deberían de concederles unas buenas y merecidas vacaciones, de por lo menos el tiempo que le resta al gobierno de Danilo Medina para que se repongan de tantas infamias, calumnias y falsas expectativas que vendieron al país, y sobre todo a los peledeistas.
Ese estilo de periodismo, me avergüenza de haber permanecido cuatro años, recibiendo cátedras de la carrera y la formación ética, profesional y moral que se imparten en nuestras Escuelas de Comunicación Social, porque antepone el interés mercurial a los preceptos elementales que deben normal nuestro ejercicio en los medios de comunicación.
Esos comunicadores recomendados por partidos políticos a los medios de comunicación para defender sus intereses y los periodistas que como yo estudiaron Comunicación Social y se han dejado arrastrar por esa ola por asuntos puramente mercuriales, deberían pedirles públicamente disculpas a las firmas encuestadoras y a los empresarios Corripio, Pellerano y Hasbun, por el daño que le causaron al proferirles tantos insultos y ofensas como nunca habían recibido en el país.
La actitud desbocada de esos periodistas y comunicadores, hizo que en medio de la campaña electoral, el Colegio Dominicano de Periodista, formulara un llamado a sus miembros a evitar el desbordamiento de las pasiones como forma de garantizar un ejercicio profesional ético, veraz y apegado al respeto que merecía la población en ese momento.
La lección que nos deja el resultado del pasado proceso electoral es de que cuando un pueblo decide labrar su propio camino, no hay fuerza humana que lo detenga y que por más fabulas y mentiras que se tejan en contra de él, no prosperaran porque el triunfo de Luis Abinader, estuvo marcado desde que salió favorecido con el voto mayoritario en las primarias del Partido Revolucionario Moderno.
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