Por Wilson Perez
SANTO DOMINGO.- La decisión del Gobierno de Danilo Medina de establecer relaciones diplomáticas formales con la República Popular China, marca un hito sin precedentes en la historia de nuestro país.
Supone una visión de largo alcance, a la vez estratégica, pues para nadie es un secreto que por la posición geográfica que ocupa República Dominicana, se hace un enlace de gran importancia en la expansión de negocios de Asia con Occidente.
La República Popular China es un Estado situado en el Este de Asia, el más poblado del mundo, con más de 1,300 millones de habitantes y uno de los más grandes del mundo en cuanto a extensión territorial.
Según los datos consignados por el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), el intercambio comercial entre República Dominicana y China en el periodo 2008-2010 fue de US$2,577 millones.
De esta cifra, US$373.46 millones correspondió a exportaciones, con 15%. En tanto que US$2,154.1, correspondió a importaciones.
De acuerdo a la base de datos TradeMap, reseñada por el CEI-RD los principales productos exportados por República Dominicana hacia China son minerales de cobre, convertidores estáticos, instrumentos y aparatos de la medicina, disyuntores, partes de máquinas y aparatos eléctricos, entre otros rubros y productos.
Esta relación de dos vías también se expresa en la importación desde el gigante oriental de teléfonos celulares, calzados con suela y parte superior de caucho o plástico, barras de alineaciones de aluminio, productos laminados planos en frío, entre otros.
Una muestra de las relaciones entre República Dominicana y China lo constituye la presencia en el país de la Oficina Comercial de la República Popular de China en el país.
Esta oficina se estableció en el año 1994. A raíz de ese momento, gracias al apoyo de los diversos sectores sociales y en especial a los continuos esfuerzos de los sucesivos titulares de la Oficina, los intercambios bilaterales entre ambos países vienen incrementándose sin cesar y se traducen en buenas sintonías de cooperación en las áreas económica, cultural, educativa, turística.
República Dominicana es el segundo socio comercial de China en la región caribeña y se vislumbra un potencial enorme en la cooperación bilateral de cara al futuro.
Según las estadísticas, el comercio de República Dominicana con China ha crecido tanto en cantidad como en diversificación.
En el año 2012 el volumen del comercio bilateral había crecido 37 veces con relación a comienzos del milenio; el de importación dominicana de productos chinos 26 veces y el de exportación a China es 1,800 veces mayor.
Es evidente que las dos partes han explorado nuevas oportunidades comerciales.
En 2013 se celebró en Santo Domingo la Quinta Exposición Comercial de la República Popular China, con una participación récord de 26 empresas chinas de distintos sectores, desde el automovilístico hasta el electrónico, de construcción, médico y de bienes de consumo.
En 2016 la nueva representante permanente de la Oficina de Desarrollo Comercial de la República Popular China en el país, Fu Xinrong, aseguró que el intercambio comercial de esa nación con República Dominicana ascendía a US$ 1,800 millones.
Agregó que República Dominicana es el país más grande a nivel comercial en el Caribe.
Precisó en la ocasión que para China, República Dominicana es el segundo socio más grande en la zona del Caribe. Asimismo, expresó que la nación asiática es para el país, el tercer socio de comercio más grande en Asia.
Recientemente el presidente Danilo Medina asistió al acto inaugural de Kingtom Aluminio SRL, primera empresa de capital de la República Popular China en República Dominicana.
La planta constituye un hito en la historia dominicana y reconfirma la consolidación del país como destino para invertir.
Posee un área de 180 mil pies cuadrados, en los que se desarrollarán procesos basados en tecnologías de categoría mundial, con una inversión inicial superior a los 530 millones de pesos.
Se dedicará a la manufactura y exportación de perfiles de aluminio, cuya producción incluirá procesos intensivos en capital, como fundición, extrusión y laminado que generarán un alto valor agregado nacional en las exportaciones de la empresa.
Las operaciones de Kingtom también agregarán mayor valor a las actividades de reciclaje que hoy se llevan a cabo en el país, pues la empresa se ha trazado el objetivo de comprar residuos de aluminio en el mercado nacional, para ser sometidos a procesos de fundición y posterior manufactura.
De esa manera, se fortalecen los encadenamientos productivos entre las zonas francas y la industria doméstica.
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